A las madres se nos detiene el corazón por nuestros hijos en estos momentos



Pareciera que el corazón nos deja de latir cuando nuestros hijos no están bien.

¡Qué situaciones tan difíciles pasamos a veces las mamás! De esas que nos gustarían olvidar por el resto de la vida. Pero como todo el aprendizaje no solo es para nuestros hijos, nosotras aunque adultas también continuamos aprendiendo.
Hoy te acompañamos en el sentir de esos instantes en los que parece que el mundo se acaba porque algo le ocurre a nuestros hijos.


Como mamá de tres hijos podría contar infinidad de historias, pero todas no entraran en este artículo, así es que compartiré solo algunas. Estoy segura que hay muchas mamás que se sentirán identificadas porque al final todas las madres tenemos los mismos miedos.

Accidentes

Nunca olvidaré cuando estando a 45 kilómetros de mi casa haciendo un trámite, luego de conducir por una autopista llena de atascos, recibí una llamada de la policía. Me dijeron que mi hijo de 16 años había sufrido un accidente, un camión lo había atropellado en un paso peatón cuando cruzaba con su bicicleta.

En ese momento me hubiera gustado tener alas para llegar hasta donde estaba ingresado. Luego de seis intervenciones quirúrgicas y casi dos meses internado en el hospital por fin pudo salir bien, y yo pude volver a respirar.

Enfermedades

Recuerdo el primer ataque de asma del más pequeño. Yo nunca había pasado por esa situación con mis otros dos hijos, fue desesperante.


El bebé despertó en medio de la noche ahogándose, literalmente no podía respirar. Recuerdo que lo envolví en una manta y lo llevé de inmediato a urgencias, y allí me dijeron que era alérgico a la humedad.
>> Pequeños momentos de la crianza que solo una mamá entenderá

Golpes

Uf, con tres varones por hijos golpes no faltaron, pero los que me produjeron pánico fueron aquellos que -luego del golpe- dejaron a mis hijos como dormidos y su piel se volvió pálida. 

Fiebre por las nubes

Noches interminables en las que ya no sabía qué más hacer para que la fiebre bajara tampoco faltaron.
Baños de inmersión, remedios, paños fríos…, de noche todas estas cosas se perciben y se vuelven peor pero parece que al amanecer todo calma y el temor se desvanece.
Siempre la fiebre es más alta por la noche, la mayoría de las enfermedades o dolores también comienzan por la noche cuando todo es más complicado de solucionar.
¿Te sientes identificada con mis historias? ¿También has pasado por miedos similares?Cuéntanos tus vivencias, todas podemos aprender de otras mamás. 
Yo he aprendido mucho, y si volviera a ser madre haría diferente estas 5 cosas

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