Estamos en el trabajo o en el metro y nos dan ganas de estornudar, pero nos da mucha vergüenza que todo el mundo nos escuche. Entonces, ¿qué hacemos? ¡Estornudamos “para adentro”!
Seguro que sabes a qué nos referimos: Cuando presionas la nariz con los dedos o cierras fuerte la boca para evitar que el sonido haga eco en cada rincón.
¿Pero sabías que eso no es bueno para tu salud? En este artículo te contamos las razones y además cómo debería ser “un buen estornudo” que cumpla su función y no tenga consecuencias negativas en tu organismo.
¿Por qué y cómo estornudamos?
Se trata de un mecanismo de defensa que tiene el cuerpo (más concretamente, el aparato respiratorio) para expulsar aire desde los pulmones a través de la nariz o, a veces, desde la boca. Es un acto reflejo y convulsivo que se produce cuando hay irritación.
Por lo tanto, causa una rápida y fuerte inhalación de aire que pasa a los pulmonesen poco tiempo. Los músculos abdominales hacen que el diafragma suba repentinamente para que la presión pulmonar no ascienda y la faringe se abre.
En ese momento el aire sale “disparado” con violencia… ¡Puede llegar a los 150 km/hora! Y, al menos, a los 60 km/hora.
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Otra de las curiosidades del estornudo es que cuando el aire se expulsa no podemos mantener los ojos abiertos (presta atención y te darás cuenta de ello).
Ese también es un acto reflejo para evitar que los globos oculares se dañen cuando la presión nasal aumenta y para impedir que los gérmenes de la saliva tomen contacto con las mucosas superiores y puedan provocar una infección.
Existen diferentes razones por las cuales estornudamos:
- Resfriados, catarros y gripes (nariz con mucosidad excesiva).
- Reacciones alérgicas (reacción a una sustancia).
- Contacto con el sol.
Uno de los sorprendentes datos sobre los estornudos es que casi nunca “llegan solos”. ¿Esto que quiere decir? Que es probable que cuando aparece el primero luego se repita varias veces.
Esto puede variar y en algunas personas lo normal es que expulsen aire hasta en diez ocasiones.
Esto sucede cuando no todo el aire acumulado ha podido salir de los pulmoneso cuando la sustancia que desencadenó el estornudo aún no se ha ido del todo. Esto significa que el primero no ha podido cumplir con su trabajo como correspondía o que no tuvo la fuerza suficiente.
Luego están las creencias que indican, por ejemplo, que si se estornuda tres veces seguidas recibiremos un presente o quien está al lado debe decir “salud, dinero y amor” en cada expulsión de aire.
¿Es malo estornudar “para adentro”?
Reprimir el estornudo es muy frecuente debido a que nos da un poco de vergüenza andar expulsando nuestra saliva y gérmenes por todos lados. Quizás cuando eramos pequeños nos dijeron que era de mala educación o, simplemente, no nos gusta la sensación que nos provoca.
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Sin embargo, los estudios médicos afirman que evitar que el aire salga por la nariz o detenerlo justo antes de ser eliminado puede ser perjudicial para nuestra salud.
Por ejemplo, reprimir el estornudo produce los efectos contrarios a los que supuestamente debería cumplir: las partículas irritantes no se arrastran hacia afuera, sino hacia adentro. La fuerza del aire actúa en contra de los tejidos de la nariz y puede provocar lesiones en los vasos y venas nasales.
Los patógenos o sustancias irritantes pueden pasar a otras zonas más internas de la nariz, oído medio, senos paranasales, etc. y colonizarlas. Es decir, pueden aumentar su población y ocasionar infecciones.
Por su parte, cuando el estornudo se reprime hay un aumento en la presión en elsistema respiratorio. Los daños más habituales tienen que ver con roturas vasculares como, por ejemplo, sangrados nasales, hemorragias en los tímpanos o en la conjuntiva ocular.
A su vez, provoca inflamación en las fosas nasales y tímpanos, dolor de cabeza y de oído e incluso alteraciones en la audición. Quizás te haya ocurrido que se te taparon los oídos o te sentías algo mareado. Eso también es producto de reprimir los estornudos.
¿Qué hacer si el ambiente está repleto de gente? Una de las razones por las cuales “tapamos” las ganas de estornudar es debido a que no queremos molestar o incomodar a los que nos rodean.
Por supuesto que no debemos irnos a los extremos y provocar ráfagas de saliva y gérmenes por doquier… pero hay un intermedio entre eso e impedir el estornudo. ¿Cómo? Tapando la boca y la nariz con un pañuelo descartable.
De esta manera estarás permitiendo que el aire y los microorganismos salgan de tu cuerpo y, al mismo tiempo, evitarás que contagien a otras personas al propagar infecciones o posibles enfermedades.
Otra opción muy usada (aunque no se está 100% seguro de su efectividad) es estornudar en la parte interior del codo.
Una vez que deseches el pañuelo y el episodio de estornudos ha terminado (al menos, por el momento) es fundamental que te laves las manos para poder eliminar cualquier resto de bacterias y virus.
Hazlo con agua caliente y jabón neutro durante 20 segundos, sobre todo antes de comer.
De esta manera evitarás la propagación de varias enfermedades como, por ejemplo:
- Gripe
- Resfriado común
- Bronquiolitis
- Hepatitis A
- Diarrea infecciosa
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