Relatamos a continuación diez mini-historias, diez ejemplos de cómo la medicina de la reproducción puede ayudar a personas con dificultades o imposibilidad para concebir de manera natural. Pero hay muchas formas más.
- Una chica que no ovulaba por sufrir un síndrome de ovario poliquístico, logró tener un hijo cuando su ginecólogo le prescribió una dieta y medicamentos capaces de hacerla ovular.
- Un profesor de universidad parapléjico con un problema de erección grave, tuvo con su mujer a su hijo mediante inseminación artificial, tras obtener su semen mediante estimulación eléctrica.
- Teresa sufrió un día una apendicitis con peritonitis grave que le obstruyó las trompas de Falopio. Está más tranquila desde que sabe que cuando lo desee puede gestar a su bebé mediante la fertilización in vitro.
- Aquella pareja de chicas homosexuales que lograron criar a su bebé después de acudir a una clínica de reproducción y utilizar su banco de semen.
- Aquél joven que tenía leucemia y se curó con quimioterapia, perdió para siempre sus espermatozoides pero podrá ser padre en el futuro porque antes del tratamiento, su oncólogo le aconsejó que guardase muestras de su semen congeladas para el futuro.
- Mujeres hoy deben competir en un duro mercado laboral que no les permite tener hijos en la época en la que la naturaleza les es más favorable, pueden intentar aplazar su maternidad conservando óvulos vitrificados.
- Clara había sufrido cuatro abortos seguidos, hasta que su ginecólogo le diagnosticó un tabique en el útero, una malformación que fue solucionada tras una pequeña operación sin heridas, con sólo 4 horas en el hospital: una histeroscopia. Su hijita tiene 3 años y esperan un varón.
- Él se hizo una vasectomía tras tener dos hijos con su anterior pareja de la que se divorció. Ahora desea tener otro hijo en una nueva relación y está pensando si optar por la repermeabilización de sus deferentes con cirugía o conseguir espermatozoides con biopsia testicular y luego utilizarlos mediante fertilización in vitro con microinyección espermática.
- María sabía que ella y su esposo eran portadores de una enfermedad grave que podía afectar a su hijo si la heredaba: la fibrosis quística. Ella y su marido se hicieron una fertilización in vitro y seleccionaron los embriones sanos mediante diagnóstico genético preimplantatorio. Hoy tienen un bebé sano y precioso y conservan 2 embriones más que fueron vitrificados para el futuro, cuando deseen ampliar la familia.
- La esposa de Juan no tenía útero por una malformación congénita. Pudieron tener a sus gemelos acudiendo a una clínica en un país donde era legal que una mujer, voluntariamente, gestase sus embriones.
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